Fuente: http://www.ClickOnline360.com

Primero que nada, no tengo nada en contra de los millennials, yo soy uno de ellos, al menos por fecha de nacimiento (según el concenso, los millennials somos la generación que nació entre los años 80 y 90). Sin embargo, a lo largo de más de 5 años de experiencia diaria en el campo de Atracción de Talento, resulta muy claro para mí lo complejo que es vender la idea acerca de una experiencia laboral a un millennial. Todos ellos -bueno, nosotros- manejan las redes sociales a la perfección. Su perfil está disponible no sólo en los motores convencionales de búsqueda de talento (entiéndase bolsas de trabajo), sino en las redes sociales también. A través de las publicaciones son muy participativos, hacen muchas preguntas sobre la vacante de su interés, de inmediato hablan de sus pretensiones, pero… ¡un alto porcentaje de ellos ni siquiera se presenta a las entrevistas de trabajo! Qué decir sobre su información curricular y menos aún si les pides responder una serie de pruebas psicométricas o presentar la solución de un caso como parte del proceso de reclutamiento… El embudo se hace cada vez más pequeño.

Si bien es cierto que hoy en día no podemos esperar la actitud dócil y colaborativa que solía tener la fuerza laboral de las generaciones anteriores a los millennials (Baby Boomers y Generación X), cuyo enfoque se centraba en la estabilidad laboral e ingresos seguros, hoy por hoy los departamentos de Recursos Humanos y las compañías en general -grandes y pequeñas- nos enfrentamos al reto de capturar el interés de una generación altamente dinámica y participativa, inmersa en una cambiante montaña de información, cuyos motivadores son el balance laboral y la flexibilidad, más allá del ingreso económico.

Fuente: http://www.lasillarota.com

Esta generación nos está obligando a los empleadores a crear condiciones para el trabajo creativo versus el transaccional; a mirar con buenos ojos que estos trabajadores negocien abiertamente sus descansos y la intermitencia entre labores y tiempo libre. En lo personal lo considero todo un reto; en México aún no hemos librado la brecha entre un estilo de liderazgo más bien autoritario y a la vez paternalista -propio de las generaciones pasadas- y las nuevas dinámicas de trabajo flexible como el home office, la movilidad, la eliminación de los uniformes, y la adopción de competencias digitales, entre otros. Las compañías transnacionales americanas y europeas nos llevan mucha ventaja y marcan la pauta a los países más rezagados como el nuestro.

Deben estarse preguntando qué tiene que ver todo lo anterior con el tema al que se refiere el título de esta entrada, y de antemano les pido PACIENCIA, pues primero quise establecer el contexto donde se origina esta “problemática” marcada por el exceso de talento, pero falta de consistencia. Ahora sí, ¿hacia dónde vamos con este artículo? Humildemente y con base en la experiencia, me dirijo a ti, millennial latinoamericano:

MÁXIMAS DEL MILLENNIAL EN EL TRABAJO

• ¿Quieres trabajar? No apliques la ley del menor esfuerzo desde el primer momento. Nutre tu curriculum, muéstrate interesado en las oportunidades que se te presentan, no descartes opciones sólo porque “no te suenan”, interésate y siempre busca informarte más acerca de cada una de ellas antes de decir “no”.
• Sé puntual en todos los compromisos que hagas, y ve presentable a ellos. ¿Quieres ir a trabajar en pijama? Bueno, eso negócialo con tu jefe cuando hayas obtenido el empleo. Antes de eso, tu deber es estar siempre impecable y lucir profesional.
• No inicies tus entrevistas enlistando tus exigencias. Una empresa que valore tu perfil estará dispuesta a remunerarte de manera justa. A la compañía le interesará más saber qué propuesta de valor tienes y cómo puedes enriquecer el entorno de trabajo con tu sello personal.
• ¿Ya te contrataron? Involúcrate en las actividades de tu departamento o división. Sé curioso acerca de la dinámica de trabajo. Jamás digas “eso no me toca”. Responde con disposición a las tareas que se te pidan y observa cómo cada una de ellas te da la oportunidad de aprender y crecer.
• Cuida tu comunicación en todas sus formas. Así como debes ser impecable con tu imagen, toma en cuenta que cada mensaje que emites -ya sea visual, oral o escrito- de quien más habla es sobre ti mismo(a). Cada mensaje tuyo es una extensión de tu persona.
• NO renuncies a tu trabajo ante la primera situación que no te guste (ya sea una asignación, una llamada de atención, alguna política). La perseverancia nunca pasará de moda. Una cualidad que cada vez se vuelve más escasa es la resiliencia, o sea, la capacidad de sobreponerse a las dificultades. ¿Te suena?

Según el estudio “Millennials Careers: 2020 Vision”, conducido por la firma de consultoría en Recursos Humanos Manpower, las 3 prioridades de los millennials cuando se trata de elegir trabajo son 1) Dinero, 2) Seguridad y, 3) Tiempo libre y Vacaciones. Estoy convencido de que si las empresas logran ofrecer condiciones laborales competitivas en torno a estos tres criterios obtendrán de los millennials lo que más les han cuestionado: LEALTAD.

Señores, los principales problemas en el mundo siempre tienen sus raíces en la mala comunicación. Para librar las barreras generacionales necesitamos esforzarnos en conjunto para lograr un mutuo entendimiento. Las compañías están haciendo lo que pueden por adaptarse a los cambios de la fuerza laboral. Esta misma fuerza laboral debe hacer lo propio para insertarse y permanecer de manera exitosa en las organizaciones hoy y -según pronostica la consultora global Deloitte– llegar a ser los líderes de las empresas para el año 2025. Pero para ocupar ese lugar ¡hay que esforzarse ahora!

Fuente: http://www.reasonwhy.es